Sí, sí; has leído bien el título. El Museo Van Gogh está buscando la manera de hacer la entrada al edificio más atractiva, pero, sobre todo, más segura.
¿Cuántas veces hemos pasado frente a un museo y hemos visto las largas colas que se forman, llegando incluso a ocupar la calzada?
Pues esto es precisamente lo que el Museo Van Gogh quiere evitar. Su objetivo es ofrecer a los visitantes una experiencia de espera más cómoda y segura. Para ello, planean crear un espacio adecuado para grandes grupos de personas, con árboles y bancos que hagan la espera más agradable. Además, al igual que ya han hecho los otros dos museos que comparten la Museumplein, el Museo Van Gogh quiere abrirse a la plaza, en lugar de darle la espalda como hasta ahora. Hasta el momento, la única manera de ver la plaza desde el museo era a través de los ventanales de las escaleras exteriores.
En este nuevo acceso se podrán comprar las entradas, mientras que se está estudiando la posibilidad de habilitar una entrada separada para los grupos, posiblemente manteniendo la entrada antigua para este propósito.
Está previsto que el proyecto finalice en el verano de 2015. Mientras tanto, y hasta septiembre, los vecinos de la zona, que ya han recibido información sobre las modificaciones en el acceso principal, tienen la oportunidad de compartir sus ideas, opiniones y críticas con el museo para contribuir a un diseño que guste a todos.
La nueva entrada se situará en el espacio semicircular actualmente desaprovechado, justo delante de la ampliación realizada por Kisho Kurokawa en 1999. En este lugar, a veces hay agua o instalaciones temporales con piedras recreando cuadros de Van Gogh.
Desde Descubre Holanda, esperamos que este nuevo acceso armonice con el carácter de la Museumplein.



