Abandonado durante la Segunda Guerra Mundial, tenía 140.000 partidas en los Países Bajos, 80.000 de las cuales residían en la capital, Ámsterdam. De los 140.000 nombrados, 15.000 personas fueron asesinadas.
Recuperación de memoria
El 19 de septiembre de 2021, en el antiguo bar de juegos de Wesperstraat, el rey Guillermo Alejandro inaugurará un monumento a la Shoah (Holocausto en hebreo). Este monumento tiene forma de laberinto y está compuesto por 102.163 personas que llevan nombres de jóvenes, tanto sinti como romaníes; Los últimos grupos de la etnia gitana están aquí. La escritura de cada totxo se hace en acer a nombre de nadie con sus propios nombres pero también la fecha de nacimiento en la que nació cuando estaba a punto de morir.

Quiere ser el lugar donde toda persona que desea sentirse más cerca de aquellos que no sobrevivieron, pueda visitarlo. Son 102.163 personas que no tuvieron un entierro ni un lugar de descanso eterno. Este sentimiento se ve reforzado por unas letras hebreas hechas en acero que, desde el aire, nos dicen “לזכר”, o lo que sería en español “en recuerdo de”.

Su arquitecto
Daniel Libeskind (12/05/1946) es un arquitecto judío de origen polaco-estadounidense y la persona que diseñó este monumento. También es conocido, entre otros, por ser el arquitecto del Museo Judío de Berlín (Alemania).
¿Adoptamos una piedra?
El costo de este monumento ha sido de 15 millones de euros y ha sido posible gracias a la acción que se ha llevado a cabo y que aún continúa: la adopción de piedras. Se puede adoptar una piedra con un nombre elegido al azar o con el cual se tenga algún vínculo por 50€. Hasta la fecha, se han adoptado alrededor de 75.000 ladrillos, pero continúan llegando solicitudes de adopción para poder financiar este monumento.



